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Montilla conmemora los 500 años de la muerte del Gran Capitán

martes 21 de abril de 2015

Número: 4164

La localidad cordobesa de Montilla, cuna de Gonzalo Fernández de Córdoba, más conocido históricamente como “el Gran Capitán”, ha conmemorado los 500 años de la muerte de su más ilustre hijo con una jura de Bandera, el 19 de abril, en la plaza Puerta de Montilla.

Un total de 125 civiles manifestaron públicamente su compromiso con la defensa de España, besando su Bandera, en un acto organizado por la Brigada “Guzmán el Bueno” X, bajo la presidencia del jefe accidental de la Brigada, coronel Aroldo Lázaro, y en compañía del alcalde del municipio, Federico Cabello de Alba. En la parada participaron la Bandera, un guión y cinco banderines del Regimiento RIMZ Córdoba nº 10; y formaron una escuadra de gastadores y una compañía de Infantería con tres secciones. Tras el acto de homenaje a los que dieron su vida por España, se realizó una ofrenda floral ante el busto en bronce del Gran Capitán situado en el acceso principal al paseo de Las Mercedes.

El quinto centenario de la muerte del militar ha sido celebrado también con otras actividades tales como una conferencia pronunciada en el Castillo de Montilla, lugar de nacimiento del noble cordobés, por el general José M. Mollá; o un concierto ofrecido por la Unidad de Música del Cuartel General de la Fuerza Terrestre y la Banda de Guerra de la Brigada “Guzmán el Bueno” X.

Se realizó una ofrenda floral ante la estatua

Se realizó una ofrenda floral ante la estatua (Foto:DECET)

Gonzalo Fernández de Córdoba y Enríquez de Aguilar nació el 1 de septiembre de 1453, dentro de la noble Casa de Aguilar. Como segundo hijo y al estar reservado el derecho de herencia a la primogenitura, él tenía obligación de tomar los hábitos o la espada. Decantado por la segunda opción, comenzó su vida militar al servicio de la reina Isabel la Católica y pronto demostró su valentía y dotes de mando.

El sobrenombre de Gran Capitán le vino de sus hombres, tras la batalla de Atella; en el documento de capitulación de la ciudad aparece su nombre escrito por primera vez con el apodo de Gran Capitán.

Incluso en la primera batalla de Seminara, cuando contra su opinión don Fadrique decidió entablar combate, demostrando su genialidad militar y previendo la derrota, dispuso a sus tropas escalonadamente para que recibieran los mínimos daños durante la retirada.

Hombre de una agudísima inteligencia, quizá su mayor logro fuese el nuevo uso que dio a la Infantería, elevándola a la importancia de la Caballería y sentando las bases de los futuros Tercios, cuyos estandartes recorrerían en los siglos venideros todos los campos de batalla del mundo.