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Historia

    

 
El Himno

    

 
El Himno
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    Dentro de esta Academia, se gestó el Himno que ha acabado siendo el de toda la Infantería española. En 1907, el Coronel Villalba, Director de la Academia, encomienda al cadete D. Fernando Díaz Giles la composición de la música adecuada para la letra Auras de Gloria escrita un año antes por otro cadete, D. Ricardo Fernández de Arellano, para ser interpretado por el orfeón de alumnos. Finalmente, acabó estrenándose el 8 de diciembre de 1909 con motivo de la festividad de la Patrona de Infantería. La letra, con el título Auras de Gloria, no complace a Díaz Giles, que dos años más tarde encarga a los hermanos Jorge y José de la Cueva, amigos suyos, la composición de una nueva letra, Ardor Guerrero, que acabará siendo el Himno de todo el Arma de Infantería.
     
    Por resolución número 500/10178/2003, de 5 de junio BOD. Nº120, del General de Ejército Jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra, se declara como Himno Oficial de Infantería, el actual Himno de la Academia el cual data de 1911 y cuya letra es la siguiente:
     
    “Ardor Guerrero vibre en nuestras voces.
    Y de amor patrio henchido el corazón.
    Entonemos el Himno Sacrosanto.
    Del deber, de la Patria y del Honor.
    ¡Honor!
    De los que amor y vida te consagran.
    Escucha, España, la canción guerrera
    canción que brota de almas que son tuyas
    de labios que han besado tu Bandera.
    De pechos que esperaron anhelantes
    besar la cruz aquella
    que forma con la enseña de la Patria
    el arma con que habrán de defenderla.
    Nuestro anhelo es tu grandeza
    que seas noble y fuerte.
    Nuestro anhelo es tu grandeza
    que seas noble y fuerte
    y por verte temida y honrada
    contentos tus hijos irán a la muerte.
    Y por verte temida y honrada
    contentos tus hijos irán a la muerte.
    Si al caer en lucha fiera
    ven flotar
    victoriosa la Bandera
    ante esa visión postrera
    orgullosos morirán.
    Y la Patria, al que su vida
     le entregó,
    en la frente dolorida
    le devuelve agradecida
    el beso que recibió.
    El esplendor y gloria de otros días
    tu celestial figura ha de envolver
    que aún te queda la fiel Infantería
    que, por saber morir, sabe vencer.
    Y volarán tus hijos ansiosos al combate
    tu nombre invocarán.
    Y la sangre enemiga en sus espadas
    y la española sangre derramada
    tu nombre y sus hazañas cantarán.
    Y éstos que en la Academia Toledana
    sienten que se apodera de sus pechos
    con la épica nobleza castellana
    el ansia altiva de los grandes hechos
    te prometen ser fieles a la historia
    y dignos de tu honor y de tu gloria.”