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125 años de Compañía de Mar de Melilla

martes 21 de febrero de 2012

Número: 1426

La histórica unidad despide a su jefe y último representante de la Escala de Mar de oficiales

La histórica unidad despide a su jefe y último representante de la Escala de Mar de oficiales

La histórica unidad despide a su jefe y último representante de la Escala de Mar de oficiales

A pesar de ser una de las unidades más antiguas del Ejército, la Compañía de Mar de Melilla —que el 17 de febrero realizó un acto para celebrar el 125 º aniversario de esta denominación, en el acuartelamiento “Pedro de Estopiñan y Virues”—, sigue siendo una de las más desconocidas.

Bajo dependencia de la Unidad Logística nº 24, sus componentes desempeñan tareas y prestan servicios a las unidades de tierra pero en el mar. Quizá por ello, y por el uniforme que visten, similar al de la Armada, muchos duden de su pertenencia al Ejército de Tierra, en el que están integradas tanto la de Melilla como su homóloga de Ceuta.

Quienes lo tienen muy claro son los que han prestado y prestan servicio en sus filas, y el que durante los últimos 18 años de carrera ha sido su jefe, el capitán Francisco Correa, que durante el acto de aniversario se despidió del mando de esta unidad. Con él se extingue también la histórica Escala de Mar de oficiales que existía cuando ingresó en el Ejército, hace ahora 45 años.

Además de la despedida del capitán, durante la celebración, que fue presidida por el jefe de la Comandancia General de Melilla, general Álvaro de la Peña, se nombró cabo de Honor de la Compañía —un título que se otorga a personalidades que han destacado por su especial atención y colaboración— a la presidenta de la Asociación de Damas del Carmen de la Compañía de Mar, Matilde Fraile.

El origen de la Compañía de Mar de Melilla se remonta al año 1497, cuando don Juan Alonso de Guzmán, conde de Niebla y duque de Medina Sidonia, ocupó Melilla, sumándola a los territorios de los Reyes Católicos. Entre los 700 hombres que le acompañaban, las crónicas de la época mencionan a “40 hombres de mar”, que constituyeron el embrión de estas compañías que se reprodujeron después en otras plazas del norte de África.