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La batalla de San Marcial, en el Museo del Ejército.

lunes 28 de abril de 2014

Número: 3271

Autoridades en el acto junto al cuadro.

Autoridades en el acto junto al cuadro (Foto:Iván Jiménez/DECET)

Cuadro La batalla de San Marcial

Cuadro La batalla de San Marcial (Foto:Iván Jiménez/DECET)

El cuadro La batalla de San Marcial, de Augusto Ferrer-Dalmau, ha pasado a formar parte de la colección permanente del Museo del Ejército, ubicado en el Alcázar de Toledo. El lienzo ha sido donado el 24 de abril por la familia guipuzcoana Aperribay, su propietaria, coincidiendo con el acto conmemorativo del bicentenario del final de la Guerra de la Independencia, que tuvo lugar ese mismo día en el propio Museo. El acto fue presidido por el director del Instituto de Historia y Cultura Militar, general Enrique Vidal de Loño, quien estuvo acompañado por el director del Museo del Ejército, general Juan Valentín-Gamazo, el director de la Academia de Infantería, general Fernando Aznar, y el subdelegado de Defensa en San Sebastián, coronel José Manuel Alamán. El autor del cuadro no pudo estar presente debido al retraso sufrido por el vuelo que lo traía de regreso desde Afganistán. Quienes sí asistieron fueron los representantes institucionales de los ejércitos de Alemania, Bélgica, Francia, Irlanda, Italia, Países Bajos, Polonia y Reino Unido. Un piquete del 2º Regimiento de Infantería de Línea de Voluntarios de Madrid, representado por una asociación de recreación histórica, se encargó de escoltar a las principales autoridades. El acto comenzó con la intervención del diplomático Leopoldo Stampa, ex director general de Relaciones Institucionales del Ministerio de Defensa, quien señaló que "la Guerra de la Independencia fue deudora de un clima bélico dominante en Europa" y que "España se vio abocada a la guerra como consecuencia de una conflagración a escala internacional que la afectaba directamente". El diplomático defendió el papel decisivo desempeñado en la contienda por el ejército regular, más que por los guerrilleros, y recordó a los cerca de 73.400 españoles que fueron hechos prisioneros y, en muchos casos, obligados a realizar trabajos forzados al servicio de Francia. A continuación, el teniente coronel Juan Manuel Guerrero, autor del libro 31 de agosto de 1813, describió la batalla de San Marcial como "el último intento del ejército napoleónico por mantenerse en territorio español". En aquella jornada, tal y como explicó, participaron "soldados asturianos, cántabros, vascos, andaluces, etc., soldados de todas las partes de España". Refiriéndose al cuadro de Augusto Ferrer-Dalmau, el teniente coronel señaló que "representa uno de los muchos ataques y contraataques que tuvieron lugar durante esa batalla, una batalla de montaña, fundamentalmente de Infantería, que empezó de madrugada y terminó al caer la noche".