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La Brigada Acorazada regresa de Líbano con la misión cumplida

viernes 27 de noviembre de 2015

Número: 4717

La terminal de un aeropuerto es un lugar como otro cualquiera para que tu hijo nazca por segunda vez. A la alegría de este segundo “alumbramiento” –una concesión del destino que se da con frecuencia en la familia militar– se une la del reencuentro con los familiares y amigos tras haber finalizado con éxito una misión. Alejandro, un bebé de apenas dos meses duerme plácidamente en los brazos de su madre y es completamente ajeno a la ansiosa espera del personal congregado en la terminal 3 del aeropuerto de Madrid.

El 21 de noviembre, antes de que despunte el alba, ya está lista a pie de avión la comisión de recepción del contingente Libre Hidalgo XXIII. En la cabeza, el jefe de Fuerzas Pesadas, general Manuel Romero Carril. Junto a él, el coronel jefe accidental de la Brigada Acorazada “Guadarrama” XII, coronel José Mª González Casado, y acompañándoles, el Estado Mayor de la Brigada, los jefes de unidad y los suboficiales mayores.

En cuanto se abre la puerta del avión, comienzan a bajar con paso firme, como hacen los equipos de Primera División – sin duda alguna, éste lo es- . El primero en hacerlo es el general José Conde de Arjona, jefe del contingente. Tras el pertinente “Mi general, sin novedad en la misión, regresamos todos” ambos generales se funden en un sincero y simbólico abrazo que todo el mundo interpreta como un “bienvenidos a casa”. El resto de personal desciende en silencio y es igualmente saludado, con la alegría contenida y el cansancio en el rostro debido al largo viaje desde la base española “Miguel de Cervantes”, en el sur del Líbano.

Fuera del área de acceso restringido, el tiempo está detenido para las familias: los minutos parecen horas. Poco después de su llegada, el personal del contingente recoge su equipaje de las cintas. Cada vez que un miembro de la UAT (Unidad de Apoyo a la Terminal) o de Aena atraviesa la puerta que a duras penas contiene las emociones que los que vuelven y de los que esperan, comienzan a agitarse las banderas españolas personalizadas y las pancartas con letras y dibujos infantiles. Los ojos de un lado escrutan la mirada de los del otro. Una chica con un altavoz portátil conectado a la corriente y a su teléfono móvil prepara la música de fondo. “He preparado Las corsarias y el himno nacional porque se lo merecen, son nuestros héroes”, apunta.

Los familiares y amigos esperaban en el aeropuerto (Foto:BRIAC XII)

Los familiares y amigos esperaban en el aeropuerto (Foto:BRIAC XII)

Y por fin llega el momento esperado. Van cruzando el umbral en grupos pequeños y la alegría se desborda en forma de besos, de abrazos sostenidos y silencio. Y por cuarta misión consecutiva –es la 4ª vez que la Brigada Acorazada despliega en el país de los cedros– las madres se llevan la palma. Su primera mirada, la protección de su abrazo y esos besos “ametrallados” –todos sabemos a cuáles me refiero– dejan al soldado acorazado desprovisto de su empleo, de su edad y de su puesto táctico.

El cabo Daniel Fernández Melo, destinado en el Regimiento “Asturias” nº 31, ya no tiene que esperar ni un segundo más para conocer en persona a su primer hijo, Alejandro. En cuanto lo tiene delante lo coge con ternura y lo abraza emocionado. Mientras, la madre del niño y su familia los contempla con lágrimas de emoción.

A continuación, tal y como hicieron las dos rotaciones anteriores –los días 14 y 18 de noviembre se produjeron sendos relevos– todo el personal se dirige a la base “El Goloso”, sede de la Brigada Acorazada, para continuar con el protocolo de regreso de zona de operaciones. Allí se suceden nuevas carreras por el patio de carros y más reencuentros familiares. Al finalizar la recogida y el control del armamento y del material sensible, comienza la siguiente tarea: acostumbrarse a la “nueva vida” de la vuelta a casa y disfrutar de las merecidas vacaciones.

Allí, sobre el terreno, continuará con la misión en el Sector Este del área de operaciones la Brigada de Infantería Ligera “Rey Alfonso XIII”, II de La Legión.