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En el momento justo.

lunes 5 de diciembre de 2016

Número: 5663

La cabo, en su puesto de trabajo

La cabo, en su puesto de trabajo (Foto:MAAA)

Imagine que usted está en la estación esperando el tren y de repente llega un hombre pidiendo auxilio porque su suegro se está muriendo en una cafetería próxima… ¿qué haría?

Eso fue lo que le ocurrió a la cabo Grilles, destinada en el Cuartel General del Mando de Artillería Antiaérea (CG MAAA) en Fuencarral, Madrid. La militar se encontraba, alrededor de las once de la mañana, en la estación de Parla; un hombre de mediana edad entró pidiendo auxilio y ella no se lo pensó dos veces: salió con él de la estación, acompañándolo hasta la cafetería El Raíl. Al llegar allí encontró “un corrillo de personas alrededor del hombre, pero nadie había hecho nada para socorrerle”, recuerda la cabo; el hombre, sentado en una silla y con su cabeza apoyada en su hija, presentaba síntomas de estar sufriendo una parada cardiorrespiratoria (tenía los labios azules y estaba inconsciente). ¡Había que actuar rápido!

Tras llamar al 112, la cabo tumbó al hombre en el suelo, ayudada por personal de la cafetería, dispuesta a practicarle la RCP (Respiración Cardio-Pulmonar), aunque tras practicarle el reconocimiento VOS (Ver, Oir, Sentir) comprobó que el hombre recuperaba poco a poco el pulso y la consciencia —“quizás fue por el frío del suelo o por el hecho de tumbarlo”, explica—, por lo que lo colocó en posición lateral de seguridad. En seguida llegó una UVI móvil y la militar ayudó a tomar las constantes vitales del paciente, que fue trasladado al Hospital de Parla, donde fue ingresado.

Aunque la cabo es especialista (Administración), también tienen la FSET 3 (Formación Sanitaria del Ejército de Tierra). Libraba ese día, precisamente, porque había estado la jornada anterior en las prácticas concertadas que hay con el Servicio de Urgencias Médicas de Madrid (SUMMA). “Estas consisten en estar doce horas integrado en una UVI (Unidad de Vigilancia Intensiva) o en un VIR (Vehículo de Intervención Rápida)”, aclara la cabo. Ella estuvo en la localidad madrileña de Brunete, concretamente. Gracias a esta formación, y a estar en el momento justo y en el lugar adecuado, la cabo Grilles pudo salvar la vida de este hombre.