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El reloj corre hacia atrás

Operación ‘Estaca’ en Afganistán

Teniente Gerardo López-Mayoral

Bandera “Ortiz de Zárate”, III de Paracaidistas

 

El teniente López-Mayoral y el sargento Puche atienden al herido. En esos momentos, son las 10.16. Mientras tanto, el personal de la sección al completo se encuentra atacando los nuevos orígenes de fuego para intentar suprimirlos y permitir el repliegue de la Compañía. El caballero legionario paracaidista Fraile, proveedor de la ametralladora MG42, ha sido alcanzado por disparos insurgentes, presentando tres impactos de proyectil en las piernas. El jefe del primer pelotón, el sargento 1º Montesinos, lanza un bote de humo rojo sobre la cota para informar visualmente del incidente, según estaba coordinado en el planeamiento, a la vez que se informa por radio al jefe de la Compañía.

 

El reloj corre hacia atrás 

El herido es inmediatamente tratado por compañeros de su pelotón, el 2º: Puche, Fructuoso, Moyano y Montesinos. Rápidamente, se le practican los primeros auxilios pertinentes con su botiquín individual, en espera de que los sanitarios, que se encuentran con la Plana de la Compañía, puedan llegar hasta él. Mientras esperan la llegada del helicóptero de evacuación, el teniente recuerda cómo han llegado hasta allí.

Un cuarto de hora antes, a las diez de la mañana, les estaban haciendo fuego desde el Norte, Noroeste y Oeste de la posición, sin poder especificar la distancia hasta los mismos, por lo que el teniente modifica el despliegue de la Sección, encarando al 1º Pelotón más hacia el Oeste, y poder así dar mejor frente a las nuevas amenazas. Cada minuto cambian las condiciones y los ataques, y hay que adaptarse a cada circunstancia.

El reloj corre hacia atrás

Diez minutos antes, a las 9.50, han empezado a replegar los soldados españoles que defienden la cota 925, posición más dominante que cerca el poblado. Rápidamente, esta posición es ocupada de forma inmediata por personal insurgente. Desde allí comienzan a hostigar el repliegue de la Plana de la Compañía y de la III Sección. Se responde a dicho hostigamiento con fuego del 2º Pelotón, con el fin de facilitar en lo posible el movimiento.

Es un juego de cotas, de vientos, de ataques, de avances y repliegues; y de mucho fuego, y eso lo saben hacer como nadie los soldados españoles; para eso han estado preparándose durante tanto tiempo. Para pelear por la libertad y la tranquilidad que arrebata la insurgencia a la población civil, que ve cómo la seguridad de los caminos va a cambiar de manos, por fin, aunque a base de duros combates. El reloj, mientras auxilian a Fraile, corre hacia atrás; a las 9.30 concluye la ruptura del contacto para alcanzar la cota 924 desde donde se ve el pueblo, y López-Mayoral despliega la sección para poder apoyar el repliegue del resto de la Task Force. El movimiento de repliegue se realiza de forma precisa y ordenada, demostrando los integrantes de la sección su gran preparación y motivación. «Son los mejores», piensa el teniente, mientras los ve soportando más de 40 kilos de peso entre chaleco y mochila a una temperatura ambiente que superaba los 40 ºC.

El reloj corre hacia atrás 

Fraile está consciente y tranquilo, el reloj no se olvida por dónde han pasado y sigue trayendo recuerdos de todos los combates que han vivido, corriendo hacia atrás. Sobre las 8.10, se aprecia claramente que el principal volumen de fuego se recibe ya desde dirección oeste, obligando a parte de la unidad a redesplegar para aprovechar la protección que el terreno les ofrece. El 2º Pelotón se ve obligado a refugiarse dentro del cementerio que tiene justo a su lado, aprovechando el murete del mismo, de unos 80 centímetros de altura, para protegerse. Poco después, se agota la munición de mortero de 60 milímetros, arma que se mostró extremadamente eficaz y precisa.

Las agujas del reloj que en la memoria giran hacia la izquierda se colocan a las 7.45, cuando los componentes de la I Sección tienen que abrir fuego sobre las primeras motocicletas que inician el ataque. La insurgencia responde al fuego, con fuego de fusilería y ametralladora, recibiéndose también dos disparos de cohetes a escasos 50 metros de las posiciones de la Sección. La insurgencia comienza a moverse hacia el Oeste, pivotando sobre la posición e intentando envolverla o flanquearla por la derecha.

 

El 2º Pelotón se ve obligado

a refugiarse dentro del cementerio

para protegerse

 

Los recuerdos siguen llevándolos atrás, a las 6.20. El jefe del 2º Pelotón, sargento Puche, ha informado de la existencia de personal en actitud sospechosa a unos 800 metros al suroeste de su posición. Tras mantener observación sobre esa zona, se detecta una motocicleta con dos ocupantes, portando un fusil el que va sentado atrás. Tras confirmar esta información, el teniente autoriza que se realice fuego directo sobre ellos, abriendo fuego el 2º Pelotón con sus ametralladoras. Tras fijarlos por el fuego, se ocultan tras una pequeña loma desde la que muestran un paño blanco. En ese momento informa al escalón superior, que ordena parar el fuego y hacerse cargo de los prisioneros.

El tiempo es como el humo, cuando mira hacia atrás; ahora son las 5.25, cuando ven a personal en la zona del cementerio en actitud hostil, por lo que se ordena realizar fuego de advertencia sobre ellos para que se retiren. A las 5.20, mientras continúan avanzando, recibe la Sección comunicación de que se va a realizar una acción de fuego de mortero medio sobre el personal anteriormente detectado en las proximidades del cementerio.

El reloj corre hacia atrás

El reloj, que ha variado su sentido y mira hacia atrás o de soslayo, se coloca en la memoria entre las cuatro y las cinco de la mañana, tiempo que permanecen parados en la posición C. Desde allí se visualiza movimiento tanto de personal como de motocicletas en la zona sur y sureste del poblado. El jefe del 2º Pelotón, sargento Puche, le informa de que escucha voces en una lengua desconocida y de que han detectado la presencia de un individuo justo en el collado por el que sube el camino. «Parece como que el hombre llamase a alguien o preguntara quiénes éramos». La I Sección hace alto y se despliega en una cuña directa con el camino como eje de progresión. Tras aproximadamente un minuto en esta situación, se comienza a recibir fuego violento desde la cima de la cota y de otra posición ligeramente a su derecha, según nuestro sentido de avance. Toda la Sección, con precisión de relojero, responde al fuego con fusilería y lanzagranadas de fusil y, tras valorar la situación y las circunstancias, se ordena romper el contacto y salir hacia una vaguada lateral.

El reloj de la memoria no para, mientras aplican los cuidados al caballero legionario paracaidista Fraile, que tiene tres heridas de bala. El mismo reloj que antes iba hacia adelante, ahora marcha hacia atrás y los lleva donde empieza la misión, donde dio comienzo todo cuando la I Sección de la Task Force 13 demostró su valía.

La memoria los coloca a la 1.52, la Sección, que se encuentra preparada y desplegada en el punto de reunión dentro de la BP (Base de Partida) M8, inicia movimiento a la orden del jefe de la Compañía, capitán Del Castillo, avanzando en vanguardia del despliegue. El personal de la Sección está tenso, pues son conscientes de los riesgos y de la situación de la zona, pero muy concentrados.

Su misión es establecer el cerco a una aldea, objetivo W1, donde según la información que se dispone se encuentra un importante depósito de armas de la insurgencia. Forman parte de la I Sección de la Task Force 13.

El inicio del movimiento está previsto para las dos de la madrugada. Es 29 de agosto del año 2012.

El reloj ha corrido hacia atrás mientras responden al fuego insurgente y auxilian al caballero legionario paracaidista Fraile, herido. De pronto, ven aterrizar el helicóptero de evacuación médica.