Imagen de fondo
Compartir en: Compartir en Facebook Compartir en Twitter Compartir en Linkedin

Sanidad de Combate

martes 19 de mayo de 2015

Número: 011

Pista y aula de instrucción de la BRISAN

Torre: tiene escaleras exteriores y una trampilla en lo alto. Sirve para practicar rescates en altura

Torre: tiene escaleras exteriores y una trampilla en lo alto. Sirve para practicar rescates en altura

Montaña de bloques: El reto es subir y bajar con un herido por un terreno abrupto y lleno de desniveles.

Montaña de bloques: El reto es subir y bajar con un herido por un terreno abrupto y lleno de desniveles.

Túneles: De planta de cruz latina, pone a prueba la capacidad de los equipos sanitarios para intervenir en espacios reducidos y con poca visibilidad. Cuenta con un sistema de sonido que reproduce ruidos o gritos, y la posibilidad de incorporar humo. Además, un sistema de cámaras de ojo de buey orientables permite seguir y grabar todos los movimientos del personal actuante desde un contenedor situado en el exterior.

Túneles: De planta de cruz latina, pone a prueba la capacidad de los equipos sanitarios para intervenir en espacios reducidos y con poca visibilidad. Cuenta con un sistema de sonido que reproduce ruidos o gritos, y la posibilidad de incorporar humo. Además, un sistema de cámaras de ojo de buey orientables permite seguir y grabar todos los movimientos del personal actuante desde un contenedor situado en el exterior.

     A primera vista cuesta vislumbrar que, en su origen, la actual pista de instrucción sanitaria con la que la Brigada de Sanidad cuenta en el acuartelamiento 'General Cavalcanti' fue una pista de aplicación deportiva. Un observador avezado quizá encuentre un indicio de este pasado, si se percata de que los muretes que separan cada una de las calles en lo que ahora es un paso de alambrada, son los que habitualmente sirven para entrenar el equilibrio. Pero, poco más la hace identificable, porque la remodelación ha sido profunda y, además, el carácter dinámico con el que se la ha dotado hace que su fisonomía pueda cambiar en función de las necesidades del personal que se esté instruyendo.

     El resultado es un espacio de 19 hectáreas, dedicadas a la formación del personal sanitario en todos los aspectos relacionados con el combate. Con casi  una treintena de  elementos (algunos aún en proyecto) se puede dar forma a multitud de 'pequeños escenarios' que  recrean casi  cualquier situación de  zona de  operaciones  y que  plantean desafíos de  diversa dificultad a los alumnos. El objetivo es que  «aprendan a buscarse la vida  en cualquier escenario», destaca la  responsable de la pista, teniente coronel médico Pilar Frutos. Ella (experta en el ámbito de las emergencias sanitarias y con siete  misiones internacionales a sus espaldas) ha ideado muchos de los elementos y sigue buscando cómo mejorarla cada día. Convertida casi en una «chamarilera», ha conseguido rescatar unos cuantos vehículos dados de baja para que  formen parte de este  “escenario”, entre ellos algunos de la Guardia Civil, a la que agradece su colaboración. Además de varios coches, tiene un BMR, y está  a la espera de recibir un  carro de combate, el fuselaje de un helicóptero, un tubo de avión, restos de vías férreas y vagones.  Confiesa que la pista reúne todo lo que siempre quiso tener y nunca tuvo… hasta ahora.

De nivel interno a todo el Ejército

     En un  principio, la pista fue una idea que  surgió de cara a la instrucción y adiestramiento operativo del personal de la Brigada de Sanidad. Sin embargo, el hecho de que  la Brigada al completo pase a ser, durante 2015, Unidad Escuela del Ejército de Tierra —hasta ahora solo lo era la Agrupación de Hospital de Campaña— y dependa de la Academia de Logística, ha hecho que  la pista se incluya dentro de los medios con los que cuenta para impartir los diversos cursos de formación que tiene asignados (el de Auxiliares de Enfermería, Farmacia y Veterinaria, el de Apoyo Sanitario en Combate y el de Técnico Sanitario). De esta forma, y aunque siga cumpliendo con su objetivo inicial, su empleo se hace extensible a todas las unidades del Ejército, sin descartar al resto de las Fuerzas Armadas e, incluso, a entidades del ámbito civil.
     Paralelamente al desarrollo de la pista, se ha puesto en marcha un aula de instrucción en la que, además de las charlas teóricas, los alumnos cuentan con maniquíes y dispositivos de simulación de todo tipo que, junto con el material específico de dotación, les permite adquirir destreza en las técnicas de manipulación de los pacientes (poner una vía venosa o aérea, descompresión torácica, cirugía menor o estabilización de  fracturas, etc). La idea, cuando esté finalizada, es que esté dividida en boxes, reproduciendo el ambiente de las formaciones sanitarias que despliegan en operaciones.

Una dosis de realidad

     Para  intentar que  las situaciones se parezcan lo más  posible a la realidad, se está  entrenando un grupo para simulación activa, para que  sean capaces de interactuar con  los equipos sanitarios que  entrenen en  la pista y de recrear lesiones por  armas de fuego, quemaduras y agentes NBQ, con el máximo realismo. Para conseguirlo, no han dudado en ir recogiendo metralla  real  de  campos de  maniobras para colocarla en el escenario de desminado, así como dentro de heridas o fracturas.
     Se van a poder reproducir todo tipo de situaciones de combate. Por ejemplo, para los asistentes al curso del 10 de abril,  se reprodujo un  convoy que era atacado con  un  artefacto explosivo improvisado y víctima de una emboscada, resultando heridos de diversa  consideración tanto el conductor como la copiloto del vehículo atacado.