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Engranando las piezas

jueves 13 de julio de 2017

Número: 48

El objetivo de estas maniobras era comprobar sobre el terreno las distintas capacidades de la nueva Brigada». Con estas palabras resumía el jefe de la Brigada “Aragón” I, general Martínez-Falero, la motivación principal del ejercicio “Isla Mínima”, que dirigió, del 2 al 9 de junio, en el campo de maniobras “San Gregorio” (Zaragoza).

Se trataba del primero de gran entidad que realizaba la “Aragón” desde su constitución, el 1 de enero de 2017, con presencia de todas sus unidades. Son herederas unas de la desaparecida Brigada de Caballería y otras de la extinta Jefatura de Tropas de Montaña.

A esta herencia heterogénea se suma otra particularidad, que distingue a esta Brigada del resto de las que se han creado en la nueva estructura: su dispersión geográfica. Si bien no es la única que cuenta con algunas de sus unidades fuera de la plaza principal —por ejemplo, la “Guadarrama” tiene a su Grupo de Caballería en Valladolid o la “Almogávares” en Valencia— es la que más repartidos tiene a sus componentes en la Península. Aunque el grueso está en Zaragoza, el Regimiento “Galicia” mantiene su sede en Jaca, y el “Arapiles” tiene divididos sus Batallones entre San Clemente de Sasebas (Gerona) y Barcelona capital.

 

Ejercicio Isla Mínima

Ejercicio Isla Mínima

De ahí que el reto de la integración resulte todavía mayor en su caso, al igual que la trascendencia de un ejercicio que ha logrado reunirlas a todas en poco más de 34.000 hectáreas, con la salvedad de una parte de los miembros del “Galicia”, que participaron pero desde el Pirineo oscense; una de sus secciones fue helitransportada hasta Zaragoza para el ejercicio final. Ellos actuaron en un escenario secundario dentro de un «ejercicio de ofensiva en el que un país sufre una agresión de otro vecino y una fuerza multinacional tiene que intervenir para devolverlo a sus fronteras y frenar una limpieza étnica y los riesgos de ataques NBQ», explicaba el teniente coronel Parrado, jefe de Estado Mayor de la Brigada.

 

La Brigada 'Aragón' I realiza su primer gran ejercicio y reúne en 'San Gregorio' a todas sus unidades.

 

La importancia del ejercicio “Isla Mínima” también puede calibrarse por la cantidad de apoyos con los que contó: helicópteros de las Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra (que transportaron una sección de Esquiadores-Escaladores desde Huesca), aviones del Ejército del Aire, equipos ligeros del Regimiento de Guerra Electrónica nº 31, expertos del Regimiento de Defensa NBQ “Valencia” nº 1 o componentes del Batallón de Cooperación Cívico-Militar I.

 

Piezas únicas

Dentro del Regimiento de Infantería “Galicia” nº 64 de Cazadores de Montaña, el único que ha mantenido esta denominación tras la reorganización, se encuentra la Compañía de Esquiadores Escaladores. Todos sus mandos son diplomados en Montaña, y todo el personal de tropa cuenta con la capacitación de esquiador-escalador, lo que implica que dominan técnicas de esquí, escalada o de movimiento en montaña estival e invernal. Para ellos, la integración en la Brigada les ha permitido «contar con muchos más apoyos, porque estos son orgánicos», explica su jefe, capitán Acuña. A su vez, ellos aportan sus capacidades de obtención de información y reconocimiento en profundidad, incluso en los lugares más aislados. Para ello cuentan con una Sección de Armas de Apoyo muy singular, capaz de «obtener información en tiempo real y transmitirla vía radio», asegura el teniente García Galindo, su jefe, y con materiales como el cable por onda ionosférica con el que el enlace está garantizado.

 

Apoyos para los nuevos tiempos

El hecho de que dentro de la Brigada exista una unidad de estas características ha implicado, para quienes tienen que prestarle los apoyos, una transformación. Por ejemplo, para los artilleros del Regimiento de Artillería de Campaña nº 20, acostumbrados a trabajar exclusivamente con unidades de Caballería, ahora también tienen entre sus compañeros «unidades de combate de Infantería y, algunas de ellas, además, son de Montaña», subraya el jefe del Grupo de Artillería I/20, teniente coronel Heredero. Esto ha supuesto que parte de su personal haya tenido que adquirir la aptitud en Montaña.

Ejercicio Isla Mínima

Primera práctica de carga externa de Light Gun para el GACA I/20

Además, la reestructuración les ha traído nuevos materiales: las baterías Light Gun, que ahora conviven con los obuses autopropulsados M-109. Una diferencia destacada entre estos dos materiales, además de que uno es ruedas y, el otro, cadenas, es que la puesta en posición del primero requiere «un esfuerzo físico mucho mayor, porque hay que hacerlo todo manual», afirma el jefe de la 3º Batería, capitán Lerín.

Al igual que ellos, los componentes del Batallón de Zapadores I han tenido que prepararse, irán recibiendo, progresivamente, nuevos materiales como carros de Zapadores, Pizarros de línea y de Zapadores, maquinaria de movimiento de tierras o Lanzapuentes. En este ejercicio, el mayor reto ha sido «gestionar las operaciones de regulación de paso de las unidades sobre los puentes», indica el comandante De Lucas.

 

Primera salida de envergadura

Ejercicio Isla Mínima

Estas maniobras también han sido una prueba de fuego para los Pizarro del "Badajoz"

Ejercicio Isla Mínima

En el ejercicio final participaron todos los vehículos, incluidos los Leopardos del "Flandes".

Para los componentes del Batallón “Badajoz” este ejercicio ha sido la primera ocasión para salir con una compañía al completo de Pizarros. Eso ha servido a las tripulaciones para terminar de concienciarse de la importancia que tiene mantener bien los vehículos y de que los tiempos son distintos. «En Infantería Ligera es coger la mochila y salir, pero con los vehículos hay que tener más paciencia, porque primero el vehículo tiene que estar listo», explica el soldado Domínguez, reciclado de cazador de montaña a tirador de Pizarro. La ventaja es que muchos de los componentes del Batallón son soldados que en su experiencia profesional prácticamente sólo han conocido los Pizarro. Además, «le están echando todos muchas ganas, y eso nos ha permitido sacar al campo a toda una compañía en un tiempo récord», explica el capitán Costa, que recuerda que los primeros vehículos llegaron al Batallón no hace ni dos meses.

En el caso del “Flandes”, la cercanía del campo de maniobras se lo ha puesto más fácil a la hora de hacer kilómetros con los Leopardo. Poco a poco van llegando a la unidad y confirman la conversión de este antiguo Batallón de Infantería Ligera en Batallón de Carros —encuadrado dentro del Regimiento Acorazado “Pavía” nº 4, principal potencia de combate de la Brigada—.

 

 

 

Evaluaciones

Además de para mejorar el engranaje de todas las piezas que componen la Brigada I, este ejercicio también ha servido para evaluar al Batallón de Infantería Motorizada “Barcelona” II/62 y al Grupo de Caballería Acorazado “Húsares de la Princesa” II/4 en operaciones convencionales.

Fotos: BRI I / Jesús de los Reyes (DECET)