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martes 17 de octubre de 2017

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EL CASTILLO DE LA LUZ Y LA CONMEMORACIÓN DE LA NAVAL

Entrega del pendón

Entrega del pendón (Foto RAAA94)

La unidad desfilando

La unidad desfilando (Foto RAAA94)

Salva de cañones

Salva de cañones (Foto RAAA94)

 

Dentro de las fiestas de La Naval tuvo lugar el pasado 14 de octubre a las 18:00 una Parada Militar delante del Castillo de la Luz. Se rindió un homenaje en honor a los artilleros que dieron muestra de un heroísmo excepcional en 1595 en la defensa de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria frente al potente ataque inglés liderado por Drake. Se depositó una corona de flores en el monumento en honor al capitán Serpa, el cabo Negrete y los artilleros como Bavón o Martín, que lucharon con sus cañones desde el Castillo de la Luz.

Esta formación militar estaba compuesta por una Batería de honores del Regimiento de Artillería Antiaérea 94, con una sección de artilleros vestidos con uniformes de época, con cañones antiguos de calibre 75mm, dos secciones en formación, escuadra de batidores y los guiones y banderines artilleros. También participó la Banda de Música del Regimiento de Infantería Canarias 50. Las piezas históricas tiraron una salva en recuerdo de la Batalla de La Naval, de sus combatientes y fallecidos.

Con este acto se quiere materializar el hermanamiento entre la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria con el Regimiento de Artillería Antiaérea 94, heredero del RAMIX 94(Regimiento Mixto de Artilleria Antiaérea 94) y presente en el barrio de la Isleta desde hace más de un siglo, a través del recuerdo de la heroica defensa de la ciudad llevada a cabo por la guarnición del Castillo de La Luz durante el ataque de la escuadra inglesa de Drake.

En este acto se alzó el pendón del Castillo de la Luz. Esta fortaleza es símbolo y testigo de la historia de la ciudad. Empezó siendo un torreón de madera construido por las tropas de Juan Rejón fundador de la ciudad en 1479. En el mismo lugar se construyó en 1494 la torre de Fajardo, que constaba de dos cañones, por el tercer Gobernador de Gran Canaria, Alonso de Fajardo. Durante el siglo XVI se amplía y refuerza el castillo para que pueda resistir los cañonazos desde el mar, adquiriendo hacia 1572 el aspecto que tiene hoy en día. El castillo que hoy vemos es muy similar al que se enfrentaron las fuerzas inglesas de Drake, salvo que el agua del mar llegaba hasta la base del castillo.

Durante la primera mitad del siglo XVI Canarias estaba casi desprotegida pese a su situación privilegiada y la prosperidad que generaba la producción y comercio del azúcar. Ante el aumento de ataques franceses y la amenaza en las costas de Berbería frente a Canarias se hace en la segunda mitad del Siglo XVI un notable esfuerzo para mejorar las defensas de Gran Canaria, y muy especialmente la fortaleza de Las Isletas. Esta fortaleza protegía "el puerto principal que esta isla tiene donde se cargan e descarga todas las mercaderías e contratación que a esta isla vienen e de ella salen".

El modelo en la construcción del Castillo de La Luz era el empleado en esos años del Renacimiento en castillos de Segovia o Valladolid como los de La Mota, Simancas, Coca o Arévalo. Estaban diseñados, no para resistir el asedio de hombres o máquinas de asalto, sino para aguantar el demoledor impacto de la Artillería, el arma que se estaba imponiendo en esos años en los campos de batalla de Europa.

La torre original de Fajardo se refuerza en grosor y altura hasta los cinco metros y se rodea de diversos muros, contrafuertes, barreras y parapeto con ventanas para arcabucería y falconetes. En las esquinas noroeste y suroeste se construyen dos potentes cubos artilleros con troneras altas y bajas, desde donde defender los cuatro lienzos de la muralla. También se construyen las dependencias interiores de la fortaleza, que podían albergar a unos 50 hombres.

A finales del Siglo XVI el Castillo de Las Isletas contaba con nueve cañones y unos 60 hombres para su defensa. Tenía dos culebrinas de 18 libras, fundidas en Sevilla; dos culebrinas bastardas de 16 libras de bala, tres cañones de fundición francesa de 36 libras; un cañón encampanado de la fundación de Manrique de Lara de 36 libras de bala y una media culebrina. Cuando la armada inglesa se aproximó al Real de Las Palmas con intención de conquistarlo en 1595, éstas eran las piezas con las que los artilleros, apoyados por milicianos, repelieron el ataque inglés de Drake.

El sábado 14 de octubre, festividad de Nuestra Señora de La Luz, tuvo lugar la misa y procesión en honor de la Virgen, así como el traslado de la llama simbólica de la Luz por las calles de nuestro barrio de la Isleta. Ese mismo día, los vecinos de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria fueron invitados a conmemorar este episodio de nuestra historia, la batalla de La Naval, en el marco excepcional que supone el Castillo de La Luz, testigo de tantos acontecimientos de nuestra ciudad.