• facebook
  • twitter
  • myspace
  • google+
  • mail
  • inprimatu
Formulario de Búsqueda
Lurreko Armada
Ministerio de Defensa
Lurreko Armada

Ejército de Tierra

Escudo de Armas del IHCM

INSTITUTO DE HISTORIA Y CULTURA MILITAR

Texto no traducido

MUSEO MILITAR DE BARCELONA

Museo Militar de Barcelona
Inicio | Castillo| Museo | Eventos| Exposiciones temporales| Asociaciones de amigos Castellano | Català  | English
     Museo - Piezas de especial interés
PIEZAS DE SINGULAR INTERÉS, EN LA COLECCIÓN DEL M.M.M. (6)

ARMAS “DE AGUJA”, SISTEMA SORIANO
ihycm-1209
PIEZA Nº 1962-1569 : Escopeta o carabina deportiva sistema Soriano (1855), con cañón damasquino, ochavado en la recámara, longitud 566 mm., diámetro de ánima 17 mm, y caja de media caña. La longitud total del arma es de 1.130 mm.
ihycm-1208

Detalles del arma. El botón cuadrillado constituye el disparador, bajo él, el pestillo conque situarlo en seguro o disparo. Sobre el cajón del cerrojo, inscrito en oro PRIVILEGIO DE INVENCIÓN, indicando se trata de una invención protegida mediante registro.
ihycm-1207
Sobre la recámara, inscrito en oro SORIANO / LO INVENTO / MADRID, el número 89 troquelado, y un punzón ovalado, en oro, inscrito SORIANO Y COMPª.



El Ejército prusiano fue el primero en ser reglamentariamente equipado con un fusil de retrocarga, en 1841. Era el ideado por Johan Nikolaus von Dreyse (1787-1867), con mecanismo obturador de cerrojo, para cartuchos con cebo incorporado y vaina combustible, lo que obligaba a situar el fulminante o cebo en la base del proyectil. El percutor lo constituía una larga aguja, ya que debía atravesar la carga del cartucho para alcanzar el fulminante. Nacieron con él los “fusiles de aguja”, que admiraron al mundo.

En España, el único inventor que se sabe ideó armas “de aguja” fue Donato Soriano Garrido, personaje que en 1849 solicitaba desde Navarra un privilegio de invención por “máquina para el cultivo de tierras”, y seguidamente, instalado en Madrid, dedicó su ingenio al desarrollo de las armas de fuego. En 1851 registró su invento de un recipiente para pistones que permitía agilizar el cebado de las armas, y en 1852 registró otro, que decía perfección del anterior.
En 1853 ya registró un arma de fuego, un fusil de retrocarga que utilizaba “bala-cartucho” con cebo incorporado, y cuyo martillo percutor actuaba de obturador en el momento del disparo. Este fusil lo ofrecía en variantes de tiro simple y de repetición, si bien en la segunda no existía mecanismo para la recarga, y los cartuchos debían llegar a la recámara por gravedad, desde un depósito practicado en la culata.

En 1854 registró un fusil que constituía perfeccionamiento del anterior, y en 1855 lo hizo por “Un nuevo sistema para armas de fuego”, describiendo uno “de aguja” en el que la extracción del cerrojo requería desmontar el arma por completo, y que también contaba con una variante “de repetición”, similar en su precariedad a la del fusil anterior. En su diseño inicial, el sistema carecía del disparador y guardamonte
convencionales, el disparador estaba constituido por un botón a presionar, situado en el lado derecho de la garganta.

Para su experimentación militar, del sistema Soriano se produjeron pocas armas, entre ellas un centenar de carabinas que se dicen ensayadas sin éxito por el regimiento de Caballería Talavera. En el campo deportivo tuvo algún éxito y en su “Curso Elemental de Armas Portátiles” (1889), Juan Génova exponía como “del sistema Soriano se hicieron en su época multitud de escopetas de caza y armas de lujo”. Hoy son escasas las conservadas, pero sorprende su diversidad, marcadas como del “sistema Soriano” y resultando reformas del inicial diseño, que se modifica mediante la introducción de novedades cuyo registro se omitiría, ya que con posterioridad a su privilegio de 1855, sólo aparece otro obtenido por Donato Soriano, en 1866, por “Sistema de aparato para evitar robos domésticos”.

La Colección del Museo Militar del Castillo de Montjuïc, cuenta con un ejemplar de carabina deportiva sistema Soriano (nº 1962-1569), ajustado al diseño registrado en 1855, con el número 89, que permite considerarla correspondiente a una serie, de la que tal vez sea la única existente en la actualidad.
Textos y fotografias de Juan L. Calvó
Documentalista del M.M.M.
 
 
    <- Indice de Piezas de singular interés   Contacto | Créditos