FORMAR EN DESACTIVACIÓN EN MAURITANIA

Aunque parte del personal mauritano hubiese pasado, previamente, dos meses en el Centro Internacional de Desminado de Hoyo de Manzanares (Madrid) y, parte de ellos, hubiese realizado labores de desminado real en la frontera norte de su país, esto no impidió que las clases de explotación y recogida de evidencias fueran de gran importancia para ellos. De hecho, carecían de conocimientos sobre estas cuestiones y no le concedían importancia a esa parte de la desactivación.

Para poder hacerse entender, durante toda la formación, el contingente español contó con la ayuda de un intérprete de español-hasaniya, porque la mayoría de los militares mauritanos, salvo los suboficiales, solo habla este dialecto del árabe.

Según el teniente Ciria, jefe de la Sección de Desactivación de Explosivos del RING 7, la formación EOD fue de gran utilidad para el personal mauritano: «Han mostrado gran interés día a día, y creo que sería conveniente continuar dicha actividad en el segundo semestre del año. La materia es muy amplia y requiere muchos días de instrucción específica», explica el oficial español.

A pesar de que las condiciones climatológicas eran muy duras, los españoles relatan que los militares mauritanos se esforzaban al máximo en cada práctica. Posiblemente, esta fuerza de voluntad de los formandos, junto con la pericia de los instructores hayan constituido el binomio perfecto para que el nivel de instrucción haya mejorado notablemente con respecto del que se partía al inicio del curso.

Sin embargo, el aprendizaje no ha sido unilateral, ya que el personal español que ha participado en este curso también ha aprendido de ellos. Por ejemplo, el sargento 1º Mena cuenta que, debido a su cultura musulmana, «la forma de ser es diferente, lo que no ha sido impedimento para que el trato haya sido cordial, perfecto». Entre las cosas que llamaron su atención se encontraba que, en medio de un desierto como estaban, con un calor de justicia, de repente, el personal mauritano cesaba en su actividad porque tenían que rezar.  «Además, este ambiente desértico también ha sido un entrenamiento para nosotros, pues nunca habíamos visto cómo funcionan nuestros medios en este entorno», explica el suboficial.

Por su parte, la sargento Carmona habla de una «buenísima experiencia», en la que ha disfrutado de la acogida, bondad y humildad mostrada por sus anfitriones: «Pese a tener poco, nos lo han dado todo. Ha sido increíble», relata. Por eso, la sargento asegura estar dispuesta a volver a la capital mauritana: «No me importaría repetir, creo que se está haciendo una buena labor que les es muy necesaria».

El personal mauritano atiende con gran interés a una clase teórica en el aula. Foto RING-7