LA LLAVE DE PERCUSIÓN
El clérigo
escocés Forsyth inventó un pistón verdaderamente práctico que es el alma de este
sistema.
Con la
aparición de la llave de percusión, que ya permitía el tiro en cualquier situación
climatológica, los ejércitos irían abandonando el armamento de chispa o tranformándolo
al nuevo sistema, aunque quedaron muchos usuarios de armas (cazadores aislados, tramperos,
indígenas, ...) que siguieron durante muchos años fieles a la llave de chispa.
España
adoptaría por primera vez un arma de pistón en 1846.
EL FUSIL RAYADO
En el sistema
de percusión quedaba aún por resolver otro problema: el de lograr un mayor alcance y
precisión ( el de la carabina) pero eliminando el inconveniente de l uso del mazo para
forzar la bala, con el fin de obtener un fusil normal de infantería; convertir el arma de
los tiradores selectos en el arma normal del soldado.
Esto había
comenzado a lograrse con el sistema Thouvenin, representado en España por la carabina
rayada modelo 1849 llamada de vástago o de "macho". La máxima perfección se
obtiene con el sistema de bala autoforzada que inventó el francés Claude E. Minié
(1849). El rayado del cañón permitía que la bala se estabilizara en su trayectoria.
Con el
conjunto de la llave de percusión, cañón rayado y bala autoforzada se pudo hablar por
primera vez de tiro de precisión, aunque los calibres no cambiaron oscilando entre 11 mm.
(44") y 20 mm. El alcance pasó de 200 a 400 m. y era posible batir un blanco aislado
a 200 m.
Pero pronto se
comprobó en batallas como Gettysburg y en las Guerras de Prusia que el sistema de
avancarga tenía puntos débiles y la ventaja pasaba al bando que tiraba con armas de
retrocarga, por engorrosas y complicadas que fuesen.
El fusil de
avancarga carga por la boca obligando al soldado a ponerse en pie y descubrirse ante un
fuego más eficaz que el de los fusiles lisos. La baqueta se perdía frecuentemente y el
soldado quedaba desarmado.
LA ADOPCIÓN GENERAL DE LOS SISTEMAS DE
RETROCARGA
Había que
conseguir, pues, una carga más rápida y susceptible de efectuarla a cubierto.
La solución
no era barata, había que desechar el material existente y fabricar nuevas armas que
utilizasen un cartucho completo (reunidos en solo cuerpo proyectil, carga y pistón).
Al principio
se recurrió a una solución de transición que consistía en adaptar las armas actuales
con sistemas más o menos ingeniosos.
La Junta
Facultativa de Artillería comenzó los estudios en 1866 y un año después se decidió
por el sistema americano "Berdan" comenzando la transformación por el excelente
fusil rayado modelo M-1859 que empezó a llamarse fusil transformado M-1859/67 y la
carabina rayada modelo 1857 que dio como resultado el modelo 1857/67.
Este sistema permitía, introduciendo una sencilla pieza llamada obturador de recámara,
utilizar el arma en avancarga cuando surgía algún problema de municionamiento. |
Llave de percusión de fusil modelo 1846
Carabina rayada modelo 1855
Carabina rayada modelo 1857
Tercerola sistema Winchester modelo 1873
La
Junta Facultativa de Artillería convocó un concurso en el que se probaron distintas
armas, eligiéndose como definitivo el material Remington que fue reglamentario en el
ejército español en el año 1871.
La velocidad
de tiro pasó de tres disparos por minuto a nueve o diez y un alcance táctico sobre
grupos de 1000m. en la modalidad de tiro colectivo.
El material
Remington comprendía el fusil de Infantería, la tercerola para Caballería y el
mosquetón para Artillería o Ingenieros modelo 1874.
Pasado este período
comenzaron a aparecer las soluciones definitivas en nuevas armas que conseguían una mayor
tensión de trayectoria y una disminución de los calibres (11mm. como media).
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