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Ejército de Tierra

Escudo de Armas del IHCM

INSTITUTO DE HISTORIA Y CULTURA MILITAR

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Museo Histórico Militar de Valencia
Indice del Museo:

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Cañón Krupp utilizado en la guerra del 98

Que el ejército de Cuba no se sentía vencido y no era partidario de la rendición lo manifiesta también el general Pando, Jefe del Estado Mayor del mismo, en el escrito de renuncia al acta de senador que dirige al Presidente del Senado el 6 de marzo de 1899, en el cual podemos leer lo siguiente:

"Creencia era ésta que vi por mí mismo justificada, cuando desde puntos muy inmediatos al campo enemigo pedía al gobierno la continuación de la guerra, sintetizando mi petición en las siguientes frases "Continúa la guerra, y en breve les impondremos la paz que queramos". Creencia que aún sostengo, y de la cual di nuevamente fe en el mes de noviembre, en comunicación dirigida al ministro de la Guerra, cuya contestación todavía estoy esperando, y en la que manifestaba que, si por las dificultades que surgían para ultimar el Tratado de París hubiese que volver de nuevo a las hostilidades, dispuesto estaba a ir a donde se creyera que había más peligro, en la seguridad de defender con éxito nuestro territorio contra los americanos."

El escrito terminaba diciendo: " y si tuviese el convencimiento, que por fortuna no cabe en mi ánimo, de que entre los pánicos de aquel Ministerio había dejado de existir el pueblo y el ejército del 2 de Mayo y de siempre, rompería en el instante, no ya sólo mi acta de senador que ahora renuncio sino mi espada, mi uniforme y hasta mi carta de ciudadanía.

El 12 de agosto se firmó el Protocolo de Washington, documento base para las negociaciones que se realizarían en París, por él quedaban suspendidas las hostilidades. El 13, cuando ya se habían suspendido éstas, la artillería americana a primera hora de la mañana abrió fuego contra Manila, y ante el desconocimiento del protocolo y lo inútil de la resistencia, la ciudad se rinde.

La guerra de Filipinas fue otra historia

En el Tratado de parís, el 10 de diciembre de 1898, los comisionados españoles se limitaron a aceptar las condiciones de los vencedores. Por el mismo, España perdía Cuba, Puerto Rico, Guam y Filipinas. En él se olvidaron de las islas Carolinas, las Palaos y las Marianas, situadas en el Pacífico. Ya no tenía sentido conservarlas y el 12 de junio de 1899 se firmó un acuerdo de cesión a Alemania.

El 1 de enero de 1899 fue arriada la nuestra bandera en La Habana. En tierra cubana quedaron enterrados más de 50.000 españoles.

Todavía quedaba una firma. El teniente Don Saturnino Martín Cerezo, el 2 de junio de 1899, convencido de la pérdida de Filipinas, por las noticias que leía en los periódicos que los sitiadores le dejaban por la noche, decidió capitular. Tras la firma del Acta de Capitulación sale de la iglesia un grupo de hombres que se habían ganado el respeto y la admiración de sus enemigos, ellos eran los que quedaban del Destacamento de Baler, eran los "Ultimos de Filipinas". Desde el 28 de junio de 1898 habían estado sitiados por fuerzas insurrectas tagalas muy superiores en número, que intentaron por todos los medios tomar la pequeña iglesia donde se habían refugiado, por ser el edificio más sólido del pueblo. Allí permanecieron 337 días soportando todo tipo de privaciones y negándose a entregar su puesto a pesar de los continuos asaltos a los que su "pequeña fortaleza" se vio sometida.

Emilio Aguinaldo, Presidente de la República, les dedicó el siguiente decreto:
"Habiéndose hecho acreedoras a la admiración del mundo las fuerzas españolas que guarnecían el destacamento de Baler, por el valor, constancia y heroísmo con que aquel puñado de hombres aislados y sin esperanzas de auxilio alguno, ha defendido su bandera por espacio de un año, realizando una epopeya tan gloriosa y tan propia del legendario valor de los hijos del Cid y de Pelayo; rindiendo culto a las virtudes militares e interpretando los sentimientos del ejército de esta República que bizarramente les ha combatido, a propuesta de mi Secretario de Guerra y de acuerdo con mi Consejo de Gobierno, vengo a disponer lo siguiente:

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Sitio de Baler.
Foto sobre maqueta de Diego Fernández

 

Artículo Unico. Los individuos de que se componen las expresadas fuerzas no serán considerados como prisioneros, sino, por el contrario, como amigos, y en consecuencia se les proveerá por la Capitanía General de los pases necesarios para que puedan regresar a su país. Dado en Tarlak a 30 de junio de 1899."

Los héroes de Baler cerraron con honor el episodio final de nuestra presencia en Asia. A España sólo le quedaba mirar hacia el futuro.

 


Pérdidas sufridas por el Ejército Español 1895-1898
Causas Generales Oficiales Tropa
En guerra 1 60 1.314
Por heridas 1 81 704
Fiebre amarilla - 313 13.000
Otras enfermedades - 127 40.000
En travesía - - 60
Total 2 581 55.078

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